El dicho popular que dice, “el tigre no es como lo pintan,” vale también para el matrimonio. Antes de casarnos pudimos fabricar ideas románticas del amor de pareja, de la maternidad y paternidad. Pudimos imaginar un hogar siempre armónico, un padre siempre cariñoso, además de trabajador y responsable; una madre siempre amorosa y unos hijos siempre obedientes.

Pero la verdad es que estas realidades no se dan por sí solas. Hay que trabajarlas, negociarlas, construirlas poco a poco. La relación conyugal es un estira y afloja donde constantemente hay que expresar las propias necesidades y negociarlas con las necesidades del otro, hasta llegar a acuerdos que satisfagan a los dos.

Una negociación no sirve tampoco de una vez y para siempre. Cambiadas las circunstancias de la vida se puede replantear o sentir que lo acordado unos meses atrás ya no satisface como antes. Por eso hay que estar abiertos a escuchar, negociar y hasta ceder, no una vez, sino setenta veces siete. Esto no quiere decir que siempre eres tu quien tiene que ceder. El ceder debe ser de ambos lados para lograr tener un relación armónica. Se debe igualmente saber que no estamos obligados a ceder en aquello que es propio de nosotros y que consideramos una característica personal irrenunciable. Pero sí podemos, por amor, dejar de darle tanta importancia a cosas que no son tan relevantes en nuestra vida.

Si estás pasando por una situación difícil en tu relación de pareja o de familia, lo primero que tienes que hacer es respirar profundo, tener una actitud positiva. Es decir, es importante pensar que “todo en esta vida tiene solución, excepto la muerte”, y por el amor que le tienes a tu pareja y familia, vale la pene que busques y logres soluciones a tus problemas de pareja. Está claro que solo(a) no puedes. Se necesita del Todo Poderoso para salir avante de la situación.

Es vital que identifiques cuál es el problema del momento. Muchas veces se busca ayuda cuando se tiene ya una bola de nieve que los supera en tamaño. Por eso se debe identificar muy bien cuál es el problema inmediato, para poder ir desenmarañando esa bola de dificultades. Ya identificado el problema, habrá que recurrir al diálogo sincero y profundo con tu pareja. Recuerda siempre que es con la persona que está a tu lado que vas a hacer equipo para superar esta situación.

Fuente: portumatrimonio.org

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