Por momentos estamos tan encerrados en lo que nos pasa que no somos capaces de ponernos en los zapatos de nuestro cónyuge. ¿Es posible resolver este milenario problema? La importancia de entenderse el uno al otro.

Ni el hombre ni la mujer dudan de que las mujeres tengamos sentimientos. Siempre estamos preparadas para recordarles a nuestros esposos que no se olviden de nuestros sentimientos y emociones. “Nunca piensas en lo que yo siento”. “Esto ha herido mis sentimientos”. “¡Eres muy insensible!” Si eres la esposa, es posible, incluso probable, que nunca hayas oído estas palabras de labios de tu esposo.

Muchas veces las mujeres no somos conscientes de que nuestros esposos poseen sensibilidad y emociones. De la misma manera, los hombres han sido condicionados para suprimir sus sentimientos y evitar expresarlos, de forma verbal o no verbal. En situaciones extremas, el nacimiento de un niño o la muerte de un ser querido, por ejemplo, nos hace entrever las emociones de nuestro esposo, pero las experiencias menos importantes de la vida diaria pueden que muy pocas veces provoquen respuestas emotivas. Como este suele ser el caso, una mujer puede concluir, de manera equivocada, que los hombres no tienen sentimientos.

Ese fue sin duda mi caso, y definitivamente es un error pensarlo. Si no estás segura de la afirmación rotunda que acaba de expresarse, piensa en esto: Dios ha dado a los hombres una tarea que implica una sensibilidad emotiva superior. Dios les ha pedido a los maridos que amen a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia (Efesios 5:25). No le pidió al esposo que razonara con su esposa o que la aplacara. Le dijo al esposo que ame a su esposa. Dios hizo a los hombres capaces de esa gran tarea emocional.

Tu esposo tiene sentimientos. Puede ser que no tenga las palabras o el entrenamiento adecuados para expresarlos, pero siguen existiendo. Lo más probable es que no haya practicado verbalizar lo que siente. Puede ser que sea capaz de expresar sus pensamientos, pero expresar lo que siente es distinto. Las mujeres practican la expresión de los sentimientos todo el tiempo. Cuando nos reunimos con una amiga para comer, no tenemos por qué estar hablando del tiempo, de deportes o de cualquier otro suceso actual; hablamos de lo que hay dentro de nuestro corazón. Verbalizamos emociones.  Eso no ocurre con los hombres. Ellos experimentan gozos, penas e inseguridades igual que las mujeres, pero muchas veces no los expresan.


EspososComo una esposa amorosa, es necesario que ayudes a tu esposo a identificar esos sentimientos y emociones, y a expresarlos. El primer paso en este proceso es, obviamente, reconocer que tu esposo tiene sentimientos. Ya estoy escuchando a alguna decir: “Kendra, tú no conoces a mi esposo. No tiene otro sentimiento que no sea la cólera, y le encanta expresarla cuando se me olvida llenar el depósito de gasolina”.
Tienes que confiar en mí. Pensemos en algunas pistas útiles. Hombres, esto también es bueno para ustedes cuando validan las emociones de sus esposas.

Sé paciente. Escucha. No regañes. Eso no lo ayudará a pensar en sus sentimientos. Probablemente resulte todo lo contrario. No le pidas a tu esposo que “se abra y hable”. Puede ser que sea suficiente por ahora con que seas consciente de que, en algún lugar oscuro y recóndito de su masculinidad, tiene sentimientos y emociones.

Nunca ridiculices a tu cónyuge por los sentimientos que expresa. Nunca. Cuando alguien elige revelar sus sentimientos, se vuelve muy vulnerable. No utilices esta intimidad como arma.

Cuando tus hijos, chicos o chicas, sean testigos de la cariñosa libertad que tu cónyuge y tú tienen para hablar de sus sentimientos, se sentirán con más confianza para expresar también los suyos. Todos tenemos emociones, estén enterradas, enmascaradas o se muestren abiertamente. Ser un chico joven con sentimientos está bien. Ser una chica joven con sentimientos también está bien. Ser capaz de expresar las emociones no indica superioridad. Tampoco lo indica ser capaz de suprimirlas.

Fui criada en una casa donde los adultos no siempre hablaban de forma cariñosa sobre los asuntos emocionales. Muy a menudo, era como un combate de gritos que iba seguido de demostraciones de cólera y de llantos.
Por el bien de tus hijos... ama a tu cónyugeLa expresión de emociones negativas e hirientes que presencié cuando era niña es muy diferente a lo que sugiero al hablar de dar a conocer nuestras emociones. Cuando tú como padre o madre expresas tus sentimientos de forma constructiva,  tus hijos experimentan un modelo positivo de matrimonio y de relaciones sanas.

Tomado del libro: Por el bien de tus hijos... ama a tu cónyuge de Editorial Portavoz

Comment

THERE ARE 0 COMMENTS FOR THIS POST

Publicar un comentario