Entrar en un proceso de encuentro profundo con otra persona lleva consigo una dimensión de liberación. «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer» (/Gn/02/24; /Mc/10/07; /Mt/19/05). Dejar padre y madre no es sólo un hecho social y puntual. 


Es un hecho personal de maduración. Implica ir dejando las actitudes paternalistas y maternalistas aprendidas, para ir consiguiendo actitudes y comportamientos responsables y libres. Igualmente, en el tiempo del noviazgo los enamorados se ejercitan en la superación de los juegos y actitudes «filiales» con respecto al «partner». Se aprende a luchar contra la tendencia a dejarse proteger, a dejarse querer pasivamente sin responder activamente a la excitación y a la llamada del otro. Liberarse de la tendencia a la sumisión y a la fusión constituye un aprendizaje que se ensaya e inicia en el noviazgo. Se trata de una relación de tú a tú, de persona a persona, de hombre y mujer.

En la medida en que la relación interpersonal e intersexual se va construyendo, crece la experiencia de salir de la soledad y del anonimato: El éxodo de sí mismo, del miedo a no ser querido, de la angustia de no ser aceptado por el otro, es una vivencia implícita y repetida en el configurarse de la relación conyugal. Se superan temores que esclavizan y atenazan. Se abren nuevos y sorprendentes horizontes de autonomía personal, de creatividad y originalidad.

Además de dejar el mundo de la protección, se deja el mundo de la masificación. Alguien se ha fijado en mí. Me ha visto como alguien especial. Me ha elegido entre millares de hombres o mujeres. Disfruta de estar conmigo. Soy importante para él. Soy único en el mundo. Diferente de todos. Me ama por ser como soy. Toda la experiencia esencial del noviazgo se puede leer en clave de éxodo y liberación. Y adquiere un significado muy hondo.

Como es obvio, lo anterior se refiere al éxodo personal y familiar en el caso de relaciones familiares sanas. La verdad es que, con alguna frecuencia, el noviazgo comporta la liberación de relaciones familiares superprotectoras e incluso opresoras y autoritarias. Hay quien se casa para liberarse de su familia y para desafiar a sus padres. Pero es ésta una pésima motivación para el matrimonio.

Fuente: http://bit.ly/1qbZGOc

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