MA/ALIANZA: Es cierto que actualmente se está produciendo un cambio de mentalidad que tiene consecuencias y repercusiones de hondo calado. La vida conyugal se entiende como encuentro y relación personal, íntima y responsable entre un hombre y una mujer. El matrimonio se sueña como un proyecto de vida, no es sólo un estado de vida. Parte de una elección libre. Es un quehacer y un desarrollo continuo basado en la interacción recíproca. Con la boda comienza un tiempo de realización de las promesas. El amor de novios, emotivo y romántico, tiene que irse convirtiendo en amor conyugal, realista y racional. El «sí quiero» se despliega en el sí diario. La alianza de amor se muestra como permanente vocación de amor en la convivencia.


 MA/EXITO-CAUSAS: Actualmente, entre los elementos subjetivos que contribuyen al éxito matrimonial se enumeran los referentes al ajuste relacional, como son la fidelidad, el aprecio mutuo, la aceptación, la comprensión y la tolerancia. En el segundo lugar de la escala están los factores de la convivencia, como son el compartir los quehaceres domésticos, el tener gustos e intereses comunes, relación sexual feliz, independencia de la «familia política». Los componentes materiales e ideológicos, como son las creencias religiosas, las ideas políticas, los ingresos económicos adecuados, las buenas condiciones de vida, ocupan el último lugar de los factores subjetivos del logro de la felicidad conyugal .

En conjunto, pues, se exige más calidad humana a la vida matrimonial. La relación conyugal se especifica por la dimensión existencial y afectiva; está a merced de las decisiones libres y autónomas de cada persona. El éxito o el fracaso de la relación se mide por su capacidad para satisfacer las necesidades de cada persona. Por otra parte, las mismas investigaciones positivas de tipo sociológico muestran el avance de la mentalidad divorcista no sólo en números absolutos, sino también en cuanto a las razones que lo justifican. En favor del divorcio, además de los motivos duros, como son la violencia y la bebida, se aducen las razones de falta de amor mutuo, de infidelidad permanente y de insatisfactoria relación sexual.

Y es que, en efecto, con la boda solamente se intensifica el proceso del encuentro e interacción personal. El casamiento constituye un «estado de vida» en cuanto un punto de partida. Representa la culminación de un proceso de conocimiento y sintonización entre un hombre y una mujer. Es un «sí» en el que culmina una etapa de la vida personal y una historia de amor; pero es, sobre todo, un compromiso de caminar juntos y construir juntos el futuro común. Nada está garantizado. Todo está en movimiento. El estado de vida va configurando la aventura de amor. La nueva situación es más compleja. La relación se globaliza: concierne a la persona entera en la totalidad de su vida y actividad. La relación interpersonal se complica con alicientes externos e internos. El dinamismo difusivo del amor se encuentra con los conflictos, las discrepancias, la autoprotección, los cambios en la vida de cada persona. Y el amor inicial tiene que ser suficientemente robusto y arriesgado como para construir la relación de amor matrimonial a través de todo tipo de obstáculos.

Fuente: http://bit.ly/1qbZGOc

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