«Nos amamos, pero no nos entendemos». El sueño del noviazgo está forjado a base de comunicación personal intensa y constante. Sentirse escuchado, comunicado, es una forma elemental y necesaria de salir de la soledad y vivir como persona activa y comunicativa. Pero el proceso de la comunicación y del encuentro interpersonal e intersexual lleva consigo sus desencuentros y sus encontronazos. La comunicación de los sentimientos y de los eventuales resentimientos es un aprendizaje que hay que hacer incluso a través de las interferencias provocadas por los diversos estados de ánimo, por los intereses, por la ineludible búsqueda de realización personal de cada uno de los cónyuges. El cultivo personal, el crecimiento personal, que, de suyo, constituye una forma de enriquecer la vida de la pareja, puede ser vivido como sobrecarga o disminución del otro.



El hecho es que la comunicación profunda suele ir cediendo terreno. Va quedando a merced de las circunstancias. Van creciendo los silencios largos e hirientes. Y, en la medida en que la comunicación se hace más superficial, va creciendo la insatisfacción y la soledad. Llega el aburrimiento, la rutina, esa horrible sensación de no tener nada de que hablar…

MA/INCOMUNICACION: Existen muchas barreras que van estrechando la banda de la comunicación interpersonal e intersexual. Está, por una parte, el miedo al sufrimiento. Se va haciendo la experiencia de que las palabras hieren. Cada uno se siente vulnerable a los dardos verbales del otro. De ahí que se vaya aprendiendo el comportamiento de comprar la paz a precio de incomunicación. Por temor al sufrimiento y al conflicto. la palabra se vuelve cada vez más frágil.

Siempre es posible recuperar el pan de la palabra, el diálogo proferido. La función dinamizadora del tiempo del noviazgo reside en que actúa como revulsivo, como inspiración permanente. Aquellas experiencias de comunicación fluida impiden acomodarse a una comunicación meramente superficial. Actúan como acicate y esperanza a la hora de salir del aburrimiento y la rutina. No aquietan, sino que inquietan y estimulan. No permiten dormirse en la desilusión.

Fuente: http://bit.ly/1qbZGOc

Comment

THERE ARE 0 COMMENTS FOR THIS POST

Publicar un comentario