Qué podrá inyectar nueva vida en las venas de un matrimonio? ¿Qué puede una pareja introducirle a su matrimonio que le devuelva el calor que una vez tuvo?

Para empezar, deben traer a la memoria aquel día mágico en que como novios se pronunciaron esas palabras sagradas de unión eterna. Allí no hubo hipocresía. No hubo falsedad. Se dijeron que se amarían para siempre porque se querían de todo corazón. En ese momento encantador el tiempo se detuvo y dos corazones se convirtieron en uno. ¿Cómo se les iba a ocurrir que podría venir el día en que ese amor se enfriaría?


Juntos deben decidir que, pase lo que pase, su matrimonio no va a destruirse. El amor es el producto de una determinación, no de un sentimiento, y cuando los dos determinan que la separación no es, ni nunca será, una opción, esa determinación le dará a su matrimonio nueva esperanza.

Uno de los peores males que padecemos en la actualidad es la idea de que el amor es algo que se siente nada más. A eso se debe que haya tantas separaciones y tantos divorcios.

Cuando los casados dejan de «sentir» el amor de novios, suele suceder una de dos cosas: o se convencen de que ya se acabó su relación conyugal, o se valen de ese vacío emocional para justificar una relación extramatrimonial en la que sí vuelven a sentir ese amor excitante de antes. ¿Y qué es exactamente lo que sienten? La pasión sensual, que en demasiados casos no tiene relación alguna con el amor genuino.

La pareja debe invertir tiempo en su matrimonio y no dejarlo al azar. ¡Pero que sea tiempo bien invertido! Eso incluye gozarse juntos, disfrutar de sanas diversiones juntos, pasar noches juntos con el televisor apagado, y compartir confidencias juntos.

Para los que se encuentran al borde del fracaso conyugal, es importante que comprendan que nunca es demasiado tarde para empuñar las riendas de su matrimonio a fin de salvarlo.

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