En este contexto, los niños americanos tienen menos probabilidades de pasar toda su infancia en una familia nuclear; y los hombres y mujeres, de casarse jóvenes y permanecer unidos que hace cincuenta años.
Esta tendencia es todavía más acusada entre las comunidades pobres y con minorías étnicas. En 2002, un 68 por ciento de los nacimientos de niños afro-americanos y un 44 por ciento de los nacimientos latinos se produjeron fuera del matrimonio. Se trata de datos alarmantes si se comparan con el 29 por ciento de nacimientos producidos fuera del matrimonio en las comunidades “blancas”.
Paralelamente, mientras que sólo un cinco por ciento de las madres que han recibido enseñanza universitaria tienen hijos fuera del matrimonio, alrededor del 25 por ciento de las madres que no han superado los estudios secundarios son madres solteras. La mayoría de estas últimas pertenecen familias humildes. A su vez, los hombres y mujeres que provienen de este grupo socio-económico tienen menos tendencia a casarse que los blancos que cuentan con una formación universitaria.
Los cambios que se han producido en el seno de familias americanas durante las últimas dos generaciones han inspirado numerosas investigaciones socio-científicas, además de muchos programas dirigidos a preparar mejor a las parejas para el matrimonio. El matrimonio importa trata de resumir los principales hallazgos de todos estos trabajos de forma sencilla y útil para todos los interesados en los debates actuales sobre la familia. En otras palabras, pretende argumentar con datos lo que ya sabemos sobre la importancia del matrimonio en el contexto familiar y social.
Extraido del libro El Matrimonio Importa (Veintiséis conclusiones de las ciencias sociales). Social Trends Institute Nuevea York - Barcelona.
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