500 parejas, felizmente casadas, fueron entrevistadas recientemente acerca de lo que más les ha ayudado a sostener su matrimonio, y sus respuestas, en orden de importancia fueron las siguientes: la confianza mutua(52%); La fe y la espiritualidad (27%); Una buena comunicación (18%). Y muy cerca de estos porcentajes, ellos destacaron el aporte de: El compromiso, amar y luchar por los hijos, trabajar juntos en la solución de conflictos, la paciencia y el perdón, así como pasar tiempo juntos. (Fuente: CARA, Marriage in the Catholic Church: A Survey of U.S. Catholics, 2007, p. 90)
Por su parte, al interrogar a un gran número de personas separadas o divorciadas las encuestas revelaron que para la gran mayoría de ellos (el 58%), lo que más afectó su relación fueron problemas en la comunicación, seguido por la falta de compromiso o confianza (51%). Y especialmente entre los hispanos, los problemas económicos (48%), problemas por la crianza de los hijos (47%)y la relación con la familia del cónyuge (38%). Le seguían en dificultad, el no poder pasar tiempo juntos y dificultades en la vida íntima o sexual (CARA, Marriage in the Catholic Church: A Survey of U.S. Catholics, 2007, p. 100-101)
Si tratamos de resumir, podemos decir que entre muchos factores, hay algunos que definitivamente pueden ser claves para un matrimonio feliz.
Por eso, tendiendo en cuenta estos datos y otros provenientes de
especialistas en la relación de pareja, esta sección abordará los
siguientes temas:
Como lo muestran las encuestas y lo repite la doctrina de la Iglesia, el amor matrimonial se basa en la fe y compromiso que un cónyuge profesa por el otro. Muchos problemas de comunicación, de intimidad, y de convivencia se evitan si ese voto de confianza y la decisión de amar al otro, pronunciado el día del matrimonio, se sigue usando y fortaleciendo cada día,
y ante cada situación. Por eso vale la pena explorar el sentido y el
valor práctico de este elemento tan importante para su matrimonio.
Uno de los elementos que más contribuyen a la armonía y estabilidad de una pareja son las valores que tienen en común. Ellos son como el tesoro
del cual se nutren las decisiones diarias, tanto para la vida de pareja
como para el manejo del dinero, la crianza de los hijos, las relaciones
con las familias respectivas, etc. En fin, el poder de este tesoro es
enorme y es algo que puede aprenderse a usar y a enriquecer, como se
verá aquí.
Aprendemos a habar en los primeros años de nuestra vida, pero aprendemos a comunicarnos
a lo largo de ella y en la medida que descubrimos que no todas las
personas entienden las cosas de la forma que cada cual lo hace, ni se
expresan a través de los mismos medios. Unos son más espontáneos, otros
reservados. Unos usan palabras, otros gestos o acciones para dar a
conocer sus sentimientos. Muchas dificultades que hacen que las parejas
se disgusten o digan “es que no me entiende”, etc., probablemente tienen
su origen en estas diferencias de comunicación. Descubrir la forma de comunicación de su pareja y la mejor forma para expresarle los sentimientos les será por eso de gran ayuda.
Discrepar en opiniones o puntos de vista es normal. Pero para que estas diferencias no sean la ocasión de un conflicto y mucho menos de una crisis matrimonial, se requiere aprender las técnicas de comunicación y solución de conflictos. Este aprendizaje es conveniente para todos
pues, aunque a veces tendemos a imaginar que el problema es del otro,
es claro que comunicarse es un arte con técnicas muy variadas, y cada
persona es un mundo que vale la pena aprender a descifrar y conquistar desde su particularidad.
Hablando de recursos para un matrimonio feliz debemos considerar de manera muy especial lo que Dios aporta a nuestros matrimonios y relaciones afectivas. El es el Amor y su fuente. Por eso, aprender a amar no es otra cosa que aprender a escuchar la voluntad de Dios y seguirla, en nuestra vida personal y de pareja.
Y cuando este camino de búsqueda del amor verdadero o espiritualidad es
un empreño que los dos cónyuges quieren experimentar juntos, grandes
bendiciones se hacen presente en la vida de pareja. Por eso, ya sea que
estén pasando por un momento difícil de su relación, o que deseen
conservar la felicidad que ahora experimentan, aprender a desarrollar la
espiritualidad fortalecerá sin duda su amor.
Fuente: CARA, Marriage in the Catholic Church: A Survey of U.S. Catholics, 2007, p. 90
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