Cuando algo es nuevo, todo suele ser bueno, divertido y con el
ingrediente mágico propio de la novedad. Sin embargo, con el transcurrir
del tiempo, lamentablemente nos acostumbramos a las cosas y dejamos de
apreciarlas. Lo mismo pasa con las personas, en especial en las
relaciones matrimoniales, cuando después de convivir juntos durante unos
años, se pierde la chispa del amor cayendo en la peligrosa rutina.
Monotonía, alerta importante
La
monotonía es una constante amenaza para el matrimonio, la falta de
diversión en la pareja puede provocar grandes daños en la relación. La
buena noticia es que hay muchas formas de combatirla, recordemos que
cuando tomamos la decisión de casarnos nos estamos comprometiendo a
“querer querer”, es decir, hacer todo lo posible para mantener vivo el
amor.
Nadie ha dicho que esta tarea es fácil, implica
esfuerzo, voluntad y dedicación, lo cual se verá recompensado al sentir
plena satisfacción de haber obrado con amor por el bien de los dos.
Varias
veces hemos escuchado que el amor es similar a una planta, la cual hay
que regar todos los días, sacarla un rato al sol, echarle abono,
quitarle las hojas deterioradas, en fin, cuidarla para conservarla viva.
De igual manera sucede en la relación conyugal, todos los días debe
haber un cuidado que hacer para que el corazón no deje de latir.
Por tanto, es importante no perder nunca algunos ingredientes en el matrimonio:
Sentido del humor:
sabemos de los poderes curativos de la risa y es por eso que el buen
humor siempre será una excelente terapia para erradicar el estrés y
solucionar un conflicto.
Jamás perder los detalles:
una palabra bonita, un beso, un abrazo, un regalo el día que no se
celebra nada; son pequeñas muestras de amor que alimentan la relación.
El romanticismo no es sólo para los novios: es igualmente necesario en el matrimonio. El romanticismo conecta de nuevo a la pareja y rejuvenece la relación.
Una escapada al mes: sin
los hijos, un momento para estar solos, para dedicarse exclusivamente a
ambos, para redescubrirse y hablar de tantas cosas que en la vida
cotidiana no hay tiempo.
Celebrar los aniversarios: es
un ritual que se debe conservar. Cada año que pasa es un triunfo que
merece la pena celebrar, esta fecha puede ser la oportunidad para
confirmar el amor que se sienten y el compromiso de sacar adelante la
relación.
Combatir la rutina:
si todos los días hacemos lo mismo: levantarnos, llevar los hijos al
colegio, ir al trabajo, regresar a casa al final de la jornada y dormir;
seguramente el matrimonio se deteriorará. Hay que ayudarle a la
relación, hay que hacer cosas diferentes que le impregnen a la vida un
toque divertido y diferente. Para ello entonces podemos pensar en
alternativas como: ir a cine en día de semana, preparar una cena
especial sin tener un motivo, ir a tomar un café, tomarse un vino juntos
al final de un duro día, salir a comer un helado, dar una vuelta en el
parque, encontrarse en algún sitio para almorzar juntos.
La
excusa de muchos es el tema económico, pero no hay necesidad de gastar
dinero para pasar un rato agradable con la pareja, además es un dinero
muy bien invertido, ¿qué mejor que nuestra propia felicidad y
estabilidad emocional?.
Realizar actividades juntos:
compartir aficiones o hobbies, por ejemplo practicar algún deporte,
salir a caminar, arreglar el jardín o sembrar nuevas plantas, cocinar,
montar a caballo, etc.
Labores del hogar:
convertir algunas obligaciones de la casa en una oportunidad para
compartir tiempo juntos, como por ejemplo hacer mercado, transportar a
los hijos, etc.
Actividades sociales:
ir al teatro, a un concierto, salir a comer, ir a un bar, son algunas
acciones que como pareja se necesitan conservar para no perder nunca la
diversión.
Fuente: mujer.com.py
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