Dios nos ha creado por amor y para amar, el amor y el amar constituyen nuestra estructura más radical y nuestra más esencial dinámica.
Una acción es tanto más humana en tanto más impregnada esté de dimensiones de nuestra humanidad. 


Por ejemplo, un acto inteligente es un acto humano, pero es más humano un acto que, además de inteligente, es voluntario. Comer es algo humano, pero platicar con un amigo lo es más, y amar lo es mucho más, puesto que amar especifica al hombre, lo distingue de lo demás. El amor es una realidad exclusivamente humana e interpersonal, en definitiva aquello que más nos especifica.
Ser don de sí y aceptación del otro en sí, es la dinámica radical del ser personal, la dinámica unitiva por excelencia, en suma, el amor, el que es conforme con nuestra naturaleza.
Por ser el amor nuestra estructura y dinámica esencial, al amar resultan emplazadas todas las dinámicas del ser personal que cada uno somos. La complejidad del amor deriva de esta peculiaridad, pues siendo la estructura y dinámica más radical de la persona, implica, convocando, todas las dimensiones de nuestro ser, desde la más bio-psicosomáticas hasta las más espirituales, intelectivas y volitivas.
Por ser el amor la acción más expresiva de nuestro ser, la acción humana por excelencia, la historia de nuestros amores, de su verdad, bondad y belleza es en definitiva nuestra biografía y nuestro autorretrato final.

Luis Lozano Torres

http://encuentra.com/noviazgo_y_matrimonio/amor_conyugal_y_su_diagnostico16390/

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