Pero el matrimonio importa. En general, los hijos de padres casados viven mejor que los que lo hacen con padres o madres solos o con padrastros. Las comunidades en las que abundan los matrimonios sanos suelen ofrecer más bienestar para los niños, mujeres y hombres que aquellas con altos niveles de divorcio, nacimientos fuera del matrimonio, conflictividad o violencia. Además, los beneficios de una cultura del matrimonio sólida traspasan las líneas de la raza, la cultura y la clase social. Desde una perspectiva de salud pública, el impacto del matrimonio es claramente importante. El sociólogo Paul Amato realizó una prospección de los efectos que tendría sobre los hogares con niños norteamericanos volver a los niveles de estabilidad matrimonial de los años ochenta. “Supondría una reducción de casi medio millón de niños suspendidos de la escuela; de casi doscientos mil jóvenes involucrados en actos de delincuencia o violencia; de doscientos cincuenta mil niños que reciben terapia psicológica; de cerca de doscientos cincuenta mil niños que fuman; de casi ochenta mil niños que contemplan la posibilidad del suicidio y de 28.000 que lo intentan.”. En otras palabras, que el poder institucional del matrimonio tiene unas consecuencias muy claras para niños, adultos y las comunidades en las que viven.
matrimonio de casa en casa con investigadores y entidades públicas para crear sinergias de conocimiento, práctica y gobierno? Dado que el matrimonio no es una mera preferencia privada sino de un bien social y público, tanto los ciudadanos interesados como los académicos necesitan y merecen respuesta a este tipo de preguntas.
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