Los niños que viven con madres solas, compañeros sentimentales de sus madres o segundos padres tienen más tendencia a convertirse en víctimas del abuso infantil de todo tipo. Por un lado, se ha demostrado que los niños que viven en hogares con madres solas experimentan niveles más altos de mortalidad debida a lesiones deliberadas. Otro estudio encontró que un 7 por ciento de los niños que vivían con solo uno de sus progenitores habían sido víctimas de abuso sexual (un 4 por ciento entre los niños que vivían con ambos padres biológicos), en buena parte porque los primeros habían tenido más contacto con hombres de fuera de la familia. Otra investigación concluyó que, aunque los compañeros sentimentales son los responsables de cerca del 2 por ciento de los cuidados que reciben los niños de personas que no son sus padres, este grupo comete la mitad de los abusos sexuales denunciados sobre niños. El director del estudio concluye que “un niño al que se deja solo con el novio de la madre experimenta un riesgo elevado de sufrir malos tratos”.Los padrastros también representan un riesgo para los hijos. Según los expertos Martin Daly y Margo Wilson, “vivir con un padrastro ha resultado ser el indicador más significativo de abuso infantil hasta ahora.”. Los estudios han revelado que los niños pequeños que viven con padrastros tienen hasta 50 veces más  probabilidades de ser asesinados por los mismos que los que viven con sus padres biológicos. Un estudio halló que los niños que vivían con su padrastro en edad preescolar tenían 40 veces más tendencia a sufrir abuso sexual que los que vivían uno solo o dos de los padres biológicos.

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