La vida en pareja no es algo fácil, ya que cada persona es un mundo que traslada sus peculiaridades al ámbito de la relación de pareja. Implica comunicación que se expresa desde la receptividad, la amistad y la caricia, compartir que es darse y mostrarse involucrado.

Todo esto, puede verse invadido por la rutina que hace que los cimientos de la relación comiencen a tambalearse. Es importante seguir unas pautas que eviten que ésta se apodere de la relación:

Dialogar y negociar. El consenso y los acuerdos ante las discrepancias de opiniones, la alternancia en las decisiones es una buena opción: "Este verano eliges tú el destino de vacaciones, el próximo yo." Los diferentes puntos de vista son enriquecedores y dinamizan la relación de pareja.

Compartir la responsabilidad. Jamás hay que esperar a que sea el otro miembro de la pareja el que decida, ya que crea frustración. La responsabilidad de la toma de decisiones debe ser compartida por ambos.

Conservar la ilusión. La sorpresa es un factor determinante para terminar con la rutina. El hecho de organizar una escapada de fin de semana o una cena romántica, sin que el otro lo espere, hace que la relación sea más apasionante.

Hablar claro Terminar con los sobreentendidos, los silencios acusatorios y las suposiciones que generan desconfianza y distanciamiento que debilitan la relación. Una pregunta, un comentario a tiempo que refleje el grado de disconformidad, evita que se dé todo por dicho y hecho.

Romper o disolver los juicios de valor Cuando uno considera que el otro es de un determinado modo se encasilla al otro en un juicio de valor en el que uno ya predispone la actuación del otro. Abrámonos a las sorpresas que el otro pueda introducir en nuestra vida pensando en que nunca dejara de sorprendernos.

Comment

THERE ARE 0 COMMENTS FOR THIS POST

Publicar un comentario